Cuatro niños traen diferentes preguntas a la mesa de Séder esta noche, acerca de la relación Israel-Palestina.

El niño enojado pregunta: ¿Por qué debo de comprometerme?

Le contestamos que escogemos la ruta del compromiso porque la alternativa es la destrucción mutua, tanto moral como física, de ambos pueblos. Si fallamos en comprometernos, perderemos la visión de un futuro para nuestros hijos.

El niño inocente pregunta: ¿Por qué no nos podemos amar los unos a los otros?

Le contestamos que ninguno de nosotros puede vivir como si la historia no hubiera sucedido. Desafortunadamente, demasiada sangre ha sido derramada por ambas partes. Es tiempo de construir confianza.

El niño asustado pregunta: ¿Cómo puedo estar a salvo?

Le respondemos que los dos pueblos estamos asustados. Y nos pregunta: ¿Cómo puedo estar a salvo si mis hermanos y hermanas no están a salvo? Para esto, todavía no tenemos una respuesta clara.

El niño sabio pregunta: ¿Cómo puedo tomar pasos en paz, y hacia la paz?

Esta es la pregunta con la que debatimos esta noche. Pero es una pregunta que va más allá de esta noche. Porque en cada uno de nosotros viven estos cuatro niños, independientemente del pueblo al que pertenezcamos. Cada uno carga consigo mismo al niño enojado, al asustado, al inocente y al sabio. Si sólo prestáramos atención a los cuatro, podríamos responder la cuarta pregunta. Si sólo prestáramos atención a los cuatro, podríamos crear pueblos que en verdad sean sabios. (Reb Arthur Waskow)


haggadah Section: -- Four Children
Source: http://uuja.org/holidays/lit/Reconstructionist_Haggadah.pdf