Pesaj es un momento de inclusión.

En la noche del seder, hay dos minutos en los que metafóricamente abrimos la puerta e invitamos a los demás. El primero es al comienzo del Maguid, en que decimos “Todos quienes tengan hambre, que vengan y coman.” Y hay un lindo mensaje aquí: Alguna vez fuimos esclavos, pobres y hambrientos. Ya no lo somos; sin embargo, recordamos nuestra redención al compartir lo que tenemos con los demás.

El segundo momento viene cerca del fin del seder, con la tradición de servir una quinta copa de vino, que decimos es para el profeta Eliahu. Este es un acto de fé, una afirmación de que, si bien somos un pueblo libre, nuestra redención no está completa; sino que está aún por venir.

Desde el más oprimido al más celebrado, el mensaje es claro: todos son bienvenidos, y todos son necesarios. ¿Por qué hacemos tal esfuerzo para incluir a todos en el seder? Un chiste bastante antiguo dice que si en un cuarto hay 3 judíos; puedes plantear cualquier tema y tendrás al menos seis opiniones. Si bien compartimos la idea que nuestra redención no está completa, no esperamos que llegue mágicamente por obra de un profeta. Hacer de este un mundo mejor para todos: Ese es el objetivo, y nuestra tarea. Y probablemente, solo al incluir a los demás, comenzamos a cumplir con esta tarea.


haggadah Section: Introduction
Source: Translated and adapted from "Introduction" by Pardes.