Y bien, este es el Maguid.
La parte del Seder donde contamos la historia
De nuestra partida de Egipto.
Aunque en realidad,
Pasamos más tiempo hablando sobre contar la historia, que contando la historia.
Esta es una haggadah muy meta,
Llena de números,
Cuatro preguntas,
Cuatro copas de vino,
Cuatro hijos,
Cuatro formas de preguntar,
¿Por qué esta noche es distinta a las demás?

El primer hijo,
Se lo sabe por libros.
El hijo sabio
Se sabe todas las reglas.
Es directo,
Sin cuentos,
Esto es lo que debes hacer en Pesaj:
Cuenta la historia
Moja las yerbas
Reclínate
Bebe cuatro copas
No comas pan leudado
Haz las preguntas
Oye las respuestas.
Es obvio.
Duh.

La segunda hija,
La que se pasa de lista,
Es lista, y se pasa tirando mierda.
No le importan las reglas
Si no sabe su propósito
Quiere contenido
Lo repite hasta volverse imposible
Porque a veces, formular la pregunta
Que lógicamente debe venir
No es posible, sin caerle mal a alguien.
“Qué significa esta historia para ti?” pregunta.
Y suena como un reto, pero no lo es.
Realmente quiere saber:
¿Qué significa?
Entonces, le explicas:
Libertad para ser quien eres,
Para elegir y tomar decisiones, para buscar a Dios, le encuentres o no.
Para volverte una persona, y luego parte de un pueblo,
Para hacer preguntas.

El tercer hijo,
Un principiante,
No sabe qué hacer
Ni sabe por qué lo estamos haciendo…
No sabe que no sabe.
¡Un bebé!
Por lo que a él le dices,
Contamos una historia genial
Con un principio, un desenlace y un final
Y un héroe
Y un villano
Y milagros, bailes, y bichos y animales muertos y mucha sangre,
¡Te va a encantar!
Y por esto contamos la historia…
Para no olvidar que alguna vez fuimos esclavos,
Para no olvidar lo que Dios hizo por nosotros,
Para no olvidar la Torah,
Y el seder es nuestra forma de recordar.
Y porque recordamos
No esclavizamos a otros.
Nos maravillamos en presencia de Dios.
Estudiamos la Torah
Y contamos historias.

Y luego está la hija que no sabe qué ni cómo preguntar.
¿Será porque no le importa?
¿Porque no tiene un contexto?
¿Está demasiado asimilada como para verle el interés?
Tal vez, ¿Es porque nadie le permite hablar…
…y entonces, ya ni siquiera lo intenta?
Sentada al final del bus,
No la dejan estudiar Torah,
Casada a los diecisiete,
Pariendo a los dieciocho.
No nos quedemos esperando que hablen.
Estiremos la mano y hablémosles,
Fuimos esclavos
Ahora somos libres
Y hay tanto por aprender y por hacer
Y tú puedes aprenderlo, tú puedes hacerlo
Y nosotros te ayudaremos.
Tienes el potencial,
Simplemente no lo sabes aún.

Ahora comparemos a estos cuatro niños
Con los cinco rabinos sentados conversando
En Bnai Brak.
Cada uno de ellos sabe de memoria el significado literal.
Todos probando a tocar fondo de lo arcano y lo simbólico.
Cualquiera de ellos puede contar un cuento para llenar un vacío.
Cinco de cinco han sido inspirados por la revelación de Dios.
Conocen las reglas, y el significado y las historias
Y, oh por Dios, si tendrán el privilegio de hablar.
Se quedan despiertos toda la noche
¡Y hablan, hablan y hablan!
Cada uno más inteligente que el otro
Pero llegada la mañana, al entrar sus discípulos,
Aún no han dicho sus rezos.
Porque son incapaces de parar de hablar.
Y le dicen a los estudiantes,
“¡Oigan ustedes…
...Shema – Escuchen!
¿Por qué esta noche es distinta a las demás?”


haggadah Section: -- Four Children
Source: Translated and adapted from "Why This Night: Four Children and Five Rabbis" by Trisha Arlin